El verano es sinónimo de sol, playa y terrazas… pero también de altas temperaturas que pueden afectar mucho a nuestros perros. A diferencia de nosotros, ellos no sudan para regular su temperatura; lo hacen principalmente jadeando y a través de las almohadillas de sus patas. Por eso, cuando el calor aprieta, necesitan un poquito de ayuda extra para mantenerse frescos y cómodos.
Aquí tienes algunos consejos prácticos (y fáciles) para que tu perro disfrute del verano sin agobios:
1. Agua siempre a mano
Parece obvio, pero no está de más recordarlo: tu perro debe tener agua fresca y limpia en todo momento. Si sales de paseo, lleva siempre una botella y un cuenco portátil. Un tip extra: puedes añadir un par de cubitos de hielo para mantenerla fría más tiempo.
2. Evita las horas de calor extremo
Entre las 12:00 y las 17:00 el sol es más intenso. Es mejor salir a pasear temprano por la mañana o al atardecer. Así evitas golpes de calor y también cuidas sus patitas de las aceras ardientes. (Truco: si tú no puedes aguantar más de 5 segundos la palma de tu mano sobre el suelo, tampoco lo soportará tu perro).
3. Snacks helados para perros
Nada mejor que un premio fresquito. Puedes preparar helados caseros con yogur natural sin azúcar, frutas aptas como plátano o manzana, e incluso caldo de pollo sin sal. Mételos en moldes de hielo y… ¡tendrás el snack veraniego perfecto!
4. Espacios frescos en casa
Crea zonas donde tu perro pueda tumbarse tranquilo lejos del sol directo. Una alfombra de gel refrigerante o una toalla húmeda en el suelo pueden marcar la diferencia. Si tienes ventilador o aire acondicionado, asegúrate de que tu perro también lo disfrute (sin que le dé el chorro directo).
5. Chapuzones y juegos de agua
Si a tu perro le gusta el agua, una piscina pequeña en el jardín o juegos con la manguera serán su paraíso. Y si prefieres playa o río, recuerda revisar antes que sean zonas dog-friendly. Además de refrescarse, ¡será un plan divertido para los dos!
6. Cepillado regular
Un buen cepillado ayuda a eliminar el pelo muerto y mejora la ventilación de la piel. Eso sí, evita rapar su manto sin consejo veterinario: el pelo, además de abrigar en invierno, también protege del calor y de las quemaduras solares.
En resumen
Mantener a tu perro fresco en verano es cuestión de pequeños gestos: agua fresca, sombra, paseos en horas adecuadas y algún capricho helado. Así evitarás sustos y disfrutarás de la mejor parte de la estación: compartir momentos alegres y tranquilos con tu compañero peludo.
Porque, al fin y al cabo, el verano no sería lo mismo sin verlos correr felices… ¡y con la lengua fuera de tanto disfrutar! 🐶☀️