Nos pasa a muchos: vemos un perro precioso por la calle y sentimos la necesidad de acercarnos a acariciarlo. Pero lo que para nosotros puede ser un gesto de cariño, para el perro puede resultar una invasión a su espacio personal. No todos los perros disfrutan del contacto con desconocidos, y acercarse sin permiso —ya sea tú o tu propio perro— puede generar miedo, incomodidad o reacciones defensivas.
Cada perro es un mundo. Algunos son sociables y buscan el contacto; otros necesitan mantener distancia para sentirse seguros. Puede ser por su carácter, por estar en proceso de entrenamiento, por haber tenido malas experiencias o simplemente porque no les apetece interactuar en ese momento. Y eso está bien.
Al igual que las personas, los perros también tienen su espacio personal. Cuando alguien se acerca de forma directa, intenta tocarlos o deja que su propio perro se acerque sin preguntar, el perro puede sentirse presionado o amenazado. Incluso una intención amable puede ser interpretada como una situación de riesgo.
Además, no todos los perros se comunican de la misma manera. Algunos parecen tranquilos, pero en realidad están soportando el estrés en silencio. Por eso es importante preguntar siempre antes de acercarte o dejar que tu perro se acerque a otro. Dar ese paso demuestra respeto tanto hacia el animal como hacia su guía.
Señales de incomodidad que debes conocer:
Los perros suelen avisar antes de reaccionar, pero muchas veces esos avisos pasan desapercibidos. Algunas señales que indican que un perro necesita espacio son:
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Evitar la mirada o girar la cabeza.
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Lamerse el hocico de manera repetitiva.
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Echar las orejas hacia atrás.
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Tensión corporal o intento de alejarse.
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Cola baja o escondida.
>Si notas alguna de estas señales, no te acerques más ni permitas que tu perro lo haga. Es su forma de decir “necesito espacio”.
Respetar el espacio de un perro no es solo cuestión de educación, es una forma de proteger su bienestar emocional. Significa reconocer que cada perro tiene su propio ritmo, su historia y su manera de sentirse cómodo en el mundo.
La próxima vez que te cruces con un perro, recuerda estos tres pasos simples:
👉 Pregunta antes de tocar.
👉 No permitas que tu perro se acerque sin permiso.
👉 Observa su lenguaje corporal.
Son pequeños gestos que crean una gran diferencia: más calma, más seguridad y una convivencia más respetuosa entre humanos y perros. Porque entenderlos es también una forma de amarlos.
Recuerda: Respetar es cuidar